Tilinga.
De cuarta. De quinta. De octava. De décima.
Grasa.
Chabacana en su forma de hablar. Soberbia.
Creída.
Hay muchas mas cosas que se podrían decir de esta mina que no es nada y en unos pocos meses saltó al estrellato de una manera grotesca.
Uno de los puntales de su carrera es que se garcha a uno de los tipos mas boludos que hay en la tele hoy en día, dejando despechado a un vejestorio fracasado que, sin ningún criterio, pone puntajes en un grasiento programa de TV.
Es difícil hablar de ella sin mencionar a su pareja por que de eso está hecha esta chica.
Ella no es nada por que se hizo de nada. Su fama viene de un tipo que no es nada, viene de un muchacho que el mayor merito que tuvo es haberse encamado por unos años con Graciela Alfano, una mujer a la que no se le recuerda un éxito por décadas.
Pero volvamos a quien hoy nos ocupa, Silvina Escudero, una doña nadie que (como tantas) hoy es una estrella de nuestro firmamento.
Pensamos mucho antes de dedicarle un post, por que realmente no ameríta tres palabras en ningún lado, pero la tipa esta es tan asquerosa, tan soberbia, tan repugnante que da asco oírla hablar.
Parece que estaríamos ante la reencarnación de una Nelida Lobato y no estamos mas que ante una chiruza que es una mas del montón gateril del programa de Marce.
Fijensé y presten atención a la pedantería de esta barata cuando habla, en serio, da asco. La mirada soberbia que pone, la altanería que tiene.
Tiene el síndrome de esas a las que (por algún motivo) no les costó llegar.
Tilinga de novena, que no puede bailar mas que en el Templo Grasa o en una revista bien pero bien barata como la de Carmen Barbieri.
Lo de ella es insostenible, ¿que van a decir? ¿qué baila bien? ¿que está buena?... hay miles con esas condiciones!
Pero por algo a esta aspirante a foto de gomería la inflan y la inflan y le mienten con los puntajes en el impresentable jurado de Showmatch.
Si ella fuera solamente una décima parte de lo que se piensa que es, entonces si, estaríamos ante alguien frente a quien nosotros nos sacaríamos el sombrero.
Pero no. No nena, no sos eso que pensás que sos. Hoy solo sos una bailarina (del montón) en el programejo de Tinelli y una vedetonga de la revista de la Barbieri (mas barato que eso no hay). Para Vedette no podes ni aspirar. Las Vedettes reales son glamorosas, talentosas y eso a vos te falta.
Bajá la soberbia Silvinita, bajá la soberbia que no sos nadie.
Ah! Y se te notó que hacías fuerza para llorar cuando Marce te mandó a la "Misión solidaria". Y no pudiste llorar. Ni en eso sos buena. Soberbia.